Hace ya tiempo que vengo planeando hacer esta entrada, concretamente desde inicio de octubre, pero ahora que termina el año me pongo a ello.
A principios de octubre empecé un curso para aprender a hacer amigurumis. Los amigurumis son unos muñecos que están muy de moda ahora, se hacen a ganchillo usando lanas, algodón... Depende del gusto de la persona, pero normalmente se hace usando algodón.
Pues lo dicho, en octubre empecé ese curso y voy una vez a la semana para avanzar en el aprendizaje, aprender pequeños trucos nuevos, hacer muñecos cada vez más difíciles... Y mi intención desde el inicio era publicar todas las creaciones que voy haciendo a través del blog. Lo más seguro es que solo suba las imágenes de lo que hago o, como mucho con un pequeño comentario debajo. Podría subir los tutoriales/patrones para hacer el muñeco en cuestión pero, por internet hay montones de blogs que se dedican a ello, por lo tanto, prefiero simplemente centrarme en mostrar mis muñecos. Aunque si me tenéis en facebook o en instagram voy colgando la mayoría de mis creaciones.
Y de momento ya tengo bastante hecho:
Esto es lo primero que hice: un estuche para poder guardar las agujas de ganchillo, algunos hilos sueltos para llevarnos a casa y avanzar tareas, lápiz... entre otros materiales que necesitamos usar en clase. La verdad es que ahora lo veo y pienso: pero que fácil es hacer eso! Pero recuerdo cuando lo hacía que me volvía loca, que me saltaba puntos, no sabía donde tenía que hacer el siguiente punto y si me fijo, veo muchos errores, pero de todos modos, le tengo un cariño especial, es lo primero que hice a ganchillo en el curso y a partir de entonces, todo ha sido mejorar.
Cuando tuvimos el estuche terminado, empezamos ya con los muñecos de verdad. Y el primero fue este pequeño ratoncito. La verdad es que es un patrón sencillo de seguir, no tiene grandes complicaciones ya que lo más difícil es hacer las orejas. Empecé con el gris, haciéndolo en clase y sinceramente, creí que en una semana que nos daba de plazo no lo terminaría ni en broma, lo veía todo muy cuesta arriba pero después, en cuatro o cinco horas incluso me dio tiempo a hacer otro ratoncito, esta vez el negro y eso que trabajar a ganchillo con negro es algo bastante difícil porque si es complicado saber ver el punto, en negro no se ve nada.
El corazón creo que es de las pocos muñecos en amigurumi que he hecho que todavía no he subido a ningún lugar. ¿Por qué? La verdad es que no tengo ni idea, pero en su momento no lo subí y ahora me da algo de pereza hacerlo. Cuando vi el corazón, me pareció relativamente fácil de hacer, pero luego me di cuenta de que NO. Es algo complicado ya que primero hay que hacer la primera semircírculo, luego hacer la otra para finalmente enlazarlas las dos y seguir haciendo el corazón hasta terminarlo. Además, creo que no me salió muy bien ya que un lado es más grande que el otro.
Estos koalas tan bonitos y que me encantan, en su momento me llevaron por el camino de la amargura. Y es que tengo comprobado que no se me da muy bien a mi eso de unir piezas, no me gusta como quedan los acabados cuando los coso. Y no solo eso, si hacer las patas del koala grande fue una tortura, imaginad lo que fue hacer las patas del pequeño... HORRIBLE.
Pero si el koala fue una tortura, no fue nada comparado con lo que ha sido hacer este Belén. Las patas del koala pequeño eran pequeñas, pero estas lo eran mucho más. Además, tuve que hacer 16 pares de manos para cada uno de los personajes y 8 patas para la oveja y el burro. Tengo que decir que el resultado final me encanta, mi familia se ha quedado alucinada al verlo y todos estaban haciéndole mil fotografías pero mis manos, diariamente han sentido el dolor que da tener que hacerlo. Día a día haciendo alguno de los pequeños detalles que tiene cada uno de los personajes: manos, barba, turbante, decoración en el turbante, doble manga, regalos... Pero creo que lo peor ha sido hacer el niño Jesús envuelto en la manta, porque esa manta no había forma de que quedara bien para enrollarlo en ella. Eso y los ojos, pero el problema de los ojos es que no encontramos ningún abalorio que fuese de un tamaño que fuera bien con sus caras. Hasta que fui a los chinos y encontré unos adhesivos redondos negros y pensé: estos pueden ser perfectos y... ¡voilá!
Y ya antes de que llegara la Navidad hicimos este pequeño tió. Creo que alguna vez he explicado cual es la tradición catalana sobre el "Caga tió". Durante el mes de diciembre, cada familia coge una caja o un tronco en el que se le ha pintado cara y le alimenta un par o tres de veces al día. Al llegar el día 24/25, los niños tienen que ir, en mi casa íbamos a recitar las poesías del colegio, para luego, cuando vuelven dar golpes a la caja/tronco cantando una canción para luego descubrir regalos para cada uno. Al abrirlos, volvemos a desaparecer a recitar poesías y así repetidas veces hasta que el tió deja de cagar para hacer "pipí". Dicho esto, me encantó hacer este pequeño muñeco. Desde el momento que lo vi, me enamoré de él y cuando la profe nos dijo que íbamos a hacerlo, no pude ser más feliz, la verdad. Y aquí está el resultado. Sinceramente, es un patrón muy sencillo de seguir y bastante rápido de hacer.
La próxima vez intentaré no subir tantos de golpe, porque con las fotos terminará saturado el blog. Me quedan algunas cosas por subir que hemos hechos estos últimos días, todas decoraciones de Navidad que ahora mismo están adornando mi casa, así que cuando lo quitemos todo, supongo que haré un "especial" cosas de Navidad. Es más, también estoy haciendo algunos de los regalos de este año en ganchillo, así que hasta que no los tenga todos entregados, esos muñecos quedan en la sombra.
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