Hace ya tiempo que mi madre tenía ganas de ir a pasar unos días a la Vall d'Aran y este puente ha sido la fecha que hemos elegido finalmente para hacer una escapada de tres días a un Albergue de la Vall d'Aran (Era Garona), concretamente en el pueblo de Salardú.
Salimos el viernes hacia las 6 de la tarde y sin descanso fuimos hasta la Vall d'Aran llegando a las 10-10.30 más o menos. Suerte que nos guardaron la cena y pudimos comer algo. La verdad es que después de haber pasado todos el día trabajando estábamos agotados y no tardamos nada en meternos a la cama.
Sábado 10
El sábado nos despertamos pronto para poder empezar a ver cositas. Íbamos camino a Vielha cuando nos encontramos un cartel que indicaba un sitio bonito para ver. Así que sin pensarlo fuimos a la aventura por esa calle y llegamos hasta Artiga de Lin. Ese paisaje era realmente increíble, lleno de caballos que pasturaban a su aire y muy cerca de ahí había una gran cascada: Pish de Pomèro. La verdad es que ahí arriba era todo increíble. Estuvimos escalando por la cascada sobre unos troncos, hicimos un montón de fotografías y luego volvimos a la llanura con los caballos que resultaron ser todas yeguas embarazadas. Muchas de ellas buscaban que las tocáramos y te perseguían hasta que lo conseguían.
Artiga de Lin |
Pish de Poméro |
Bajando de ahí pasamos por otra cascada, en este caso Uelth deth Joèu. En esta cascada lo mejor es que podías subir por un pequeño camino ya preparado por su lado hasta arriba del todo y ver como el agua bajaba a tus pies.
Uelth deth Joèu |
Por la tarde, después de comer en el albergue quisimos ir a ver unos lagos: Estanh de Montcasau y el Circ de Colomers. En coche llegamos hasta Ribéra de Valarties donde encontramos un montón de vacas que nos barraban el paso y a la vez, el límite donde podíamos ir en coche para ver los primeros lagos. Pese a eso, cogimos otro camino para ir a ver los de Colomers. La verdad es que tenemos la gran suerte de tener un 4x4 y haberlo cogido para ir a la Vall d'Aran porque nos metimos en cada camino que un coche normal no hubiese podido hacer. Pese a estar mucho rato en el coche, por caminos horribles, no conseguimos de ninguna forma llegar hasta los lagos. Y es que la verdad es que está todo muy mal indicado, había muchos cruces y en ninguno ponía nada. Así que no había forma de poder llegar, aunque estar perdidos por la montaña, rodeados de colores rojos, amarillos, naranjas, verdes... Era todo precioso.
Perdidos camino a los lagos |
Cuando conseguimos salir de ahí (retrocediendo todo lo avanzado) pasamos por Arties y vimos una pequeña iglesia que la habían remodelado para hacerla museo sobre la historia del pueblo, como ha avanzado todo en la Vall d'Aran... Ese mismo día por la noche fuimos a ver las estrellas. Nos adentramos un poco en el bosque con el coche, y sin ningún tipo de luz a nuestro alrededor, conseguimos ver las estrellas a la perfección. Es más, mi madre y yo incluso conseguimos ver una estrella fugaz.
Iglesia de Arties |
Domingo 11
En el pack que cogimos para ir a la Vall d'Aran nos entraban unas entradas en Aran Park. Es como un zoológico pero mucho más increíble. El espacio que tiene cada animal es enorme e intentan que sea lo más natural posible. Está montado en medio de la montaña para que el hábitat de los animales sea realmente como el suyo. Es cierto que muchos de ellos viven enjaulados, pero el espacio que tienen para correr, para hacer su vida es mucho mayor que en cualquier zoológico. Y como he dicho, muchos de ellos no están ni enjaulados. Sí tienen algunas vayas pero de la zona por donde pasean los visitantes a donde están ellos no hay ninguna y, por ejemplo, entre cabras salvajes, dainas, isards... no hay separaciones, corren libres por donde quieren. Además de estos también había una pareja de nutrías, unos cuantos lobos árticos, una pareja de osos pardos y una pequeña granja donde podíamos tocar a las cabritas. A todos nos ha encantado, y aunque no hemos podido ver las marmotas, estamos contentos porque a los demás hemos podido verlos a todos.
Nútrias y Lynx
Después del parque hemos querido ir hacia las minas Victoria porque, la verdad, nunca he estado en una mina y me hacía mucha ilusión. Y tal y como se veían, parecían increíbles. Para llegar hemos vuelto a meternos en pistas forestales sin asfaltar hasta que hemos llegado hasta la Bassa d'Arres donde hemos aparcado y sin mirar el cartel informativo hemos empezado a andar y hemos visto un pequeño cartel donde anunciaba que para llegar eran 20 minutos andando. Después de mucho rato en camino y ver que mis rodillas y las de mis padres no aguantaban además de tener una cuesta muy empinada, sin final visible, hemos vuelto atrás. Lo mejor es que durante el camino hemos pasado por un bosque de película, parecía que en cualquier momento podía salir Legolas con sus flechas o cualquier otro ser mitológico. Al volver al coche hemos ido hacia Saut deth Pish. Hace muchos años, mis padres y mi hermana ya fuimos a la Vall d'Aran (cuando solo eramos 4) y estuvimos en estas cascadas. Nos gustaron tanto que hemos vuelto a ellas y hemos vuelto a alucinar y, obviamente, hacer mil fotos.
Saut deth Pish |
Por la noche, después de cenar, nos hemos acercado a Vielha para disfrutar un poco de la ciudad y su ambiente nocturno. Realmente, creo que es la única ciudad/pueblo en el que realmente hay algo de actividad sin contar el turismo.
Lunes 12
El lunes ya fue el último día de nuestra pequeña escapada y hemos querido acercarnos a los Estanhs de Saboredo, una ruta para la que ya te avisan tener que ir con un 4x4. Pero pese a eso, cuando llevábamos ya un ratito de camino encontramos con que había trozos del camino donde había habido derrumbamientos y no se podía pasar. Así que con algo de rabia, hemos salido de ahí y nos hemos dirigido hacia Tredòs, donde hemos subido hacia Port de Beret donde empezaba un camino de piedra hacia el monasterio de Montgarri donde nos dirigíamos. Hemos aparcado donde paraban todos los coches y hemos empezado el descenso hasta el monasterio por medio del bosque. Una vez hemos llegado abajo hemos visto que si seguíamos el camino se podía bajar en coche y la verdad es que nuestras rodillas lo hubiesen agradecido, aunque nos ha gustado el paseo, el paisaje y estar rodeados de naturaleza. Cuando ya nos volvíamos hacia el albergue, nos hemos encontrado con un rebaño de ovejas ocupando toda la carretera y, poco a poco, hemos conseguido esquivarlo mientras nos sentíamos rodeados de ellas.
Montasterio de Montgarri |
Rodeados de ovejas
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