lunes, 2 de julio de 2018

¡Ya estoy en Japón!

Hoy, después de muchas horas de viaje, he llegado por fin a Japón. La verdad es que el vuelo se me ha hecho increíblemente largo y pesado. Si bien es cierto que hacer escala en Madrid es algo que valoro muy positivamente (aunque espero que si vuelvo a ir, pueda ser en vuelo directo desde Barcelona). 
En cuanto he bajado del avión ha sido todo bastante fácil: cambiar monedas, pillar el poquet wi-fi, validar el Japan Rail Pass (aunque había mucha cola para ello) y cogerme unos oniguiris para el camino. Y cuando iba a ir a buscar el tren dirección Tokyo ha venido un pequeño infarto: además de no encontrar los billetes de los trenes para ir hasta Ôsaka, tampoco encontraba el pasaporte. No sabéis lo mal que lo he pasado durante esos minutos hasta que, por fin, lo he encontrado. He vaciado el bolso entero. Pero lo he encontrado (los billetes no, he tenido que subir a coger unos nuevos) y he podido llegar al tren e irme hacia Ôsaka.
Ya en cuanto he llegado a Ôsaka y me he instalado en la habitación del hotel, he cotilleado todo lo que tenía el hotel en sí y he aprovechado para ir a visitar algunas zonas que no había visto. Me he ido hasta el parque frente a la estación de Tennôji, que lo ponían como un sitio importante a ver y luego me ha parecido algo decepcionante, y también he aprovechado para subirme al mirador del edificio Abeno Harukas que, después de la Torre de Tokyo, es el edificio más alto de todo Japón. Desde ahí he podido tener unas preciosas vistas del atardecer que me han gustado mucho y la verdad es que me he estado un buen rato ahí viéndolo. 
Al llegar al hotel he tenido la necesidad de bañarme en el onsen. Es algo que me encanta de Japón y que echaba mucho de menos. Eso sí, ha sido bajar y encontrarme con dos mujeres coreanas que de verdad... Cuando he llegado al onsen, me he desvestido, desmaquillado... (vamos, que he tardado unos 10 minutos en entrar en la zona de duchas) y durante ese tiempo, ellas ya estaban ahí duchándose. Al entrar, estaban los 4 asientos para ducharse ocupados y pensaba que quizás ellas dos que ya llevaban rato, se irían a bañar, pero ¡NO! He perdido la cuenta de las veces que se han lavado la cabeza: ahora solo champú, luego con acondicionador, luego champú y acondicionador juntos y así mil combinaciones que no llego a entender. Vamos, que al final me he duchado yo y ellas seguían ahí enjabonándose. Me he metido en el ofuro y ahí seguían.
Cuando yo ya llevaba un rato en el ofuro, por fin han terminado y se han metido también dentro pero oye.. que a los 5 minutos, vuelven a salir para volver a ducharse mil veces más. Al final me he ido del onsen y ahí seguían duchándose. Yo no sé si es que estas mujeres no se habían duchado nunca antes en su vida, si no sabían ni que era el agua o si simplemente querían gastar mucho champú/gel/acondicionador/agua... aprovechando que habían pagado pero la verdad es que he alucinado. Porque aún después de vestirme, ponerme cremas, lavarme los dientes, peinarme... aún seguían ahí dentro dándole a la ducha... incomprensible.
Pero la cosa es que primer día en Japón sola, superado y encima con takoyaki para cenar que estaba deseando volver a comerlo. Lo sé, ha sido solamente el viaje, pero creo que ya es un gran paso, ¿no?

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