martes, 8 de diciembre de 2015

Espluga de Francolí

Tal y como hice con mi familia en el último puente, nos hemos ido de escapada 4 días. La última vez nos fuimos por la Vall d'Aran, esta vez hemos ido hacia la zona de Tarragona, concretamente en la comarca de Conca de Barberà.



La verdad es que hay que decir que al inicio no las teníamos todas con nosotros con este pequeño viajecito y es que yo llevo casi 3 semanas con un resfriado bastante fuerte y dos días antes de irnos mi hermana pequeña se hizo un esguince en el pie y hemos ido todo el viaje con las muletas/silla de ruedas para que no tuviera que hacer todo el trayecto andando cuando queríamos pasear. Pese a eso, tengo que decir que me ha encantado este pequeño viaje, y que estoy deseando poder tener más oportunidades para seguir conociendo pequeños rinconcitos de mi tierra. 

Sábado 5
El sábado por la mañana salimos de Girona rumbo a l'Espluga de Francolí, pueblo en el que se encuentra el Albergue Jaume I donde nos hemos alojado estos días. Llegamos justo a la hora de comer, sin tiempo para poder instalarlos en la habitación. Por suerte, después de comer tuvimos un rato para hacerlo antes de la primera visita. Porque en esta escapada, incluían en el pack varias visitas a realizar en la zona, con un horario algo marcado, pero que a la vez nos dejaba tiempo libre para visitar otras cosas por nuestra cuenta. 


La primera visita fue el Museo de la vida rural de l'Espluga de Francolí. Personalmente lo encontré muy interesante. Cuenta, a nivel general, la evolución de la vida rural hasta el día de hoy. Todos los oficios que se trataban en la época, cómo se cosechaban los principales productos de esa tierra: las aceitunas, la uva y el trigo y como llegaban a convertirse en aceite, vino y harina tal y como las conocemos. 



Cuando salimos ya era de noche (es lo que menos me gusta del invierno) pero aún así aprovechamos para acercarnos a Poblet, un pequeño pueblo muy cercano a donde nos encontrábamos y con una larga historia detrás de él. La verdad es que casi el pueblo entero está dedicado solamente al Monasterio y de eso es de lo que vive y por lo que es conocido. Vimos los alrededores de noche y aprovechamos para entrar dentro de la iglesia y poder disfrutarla por dentro antes de ir hacia el Albergue a descansar. 


Domingo 6
El domingo por la mañana no teníamos nada planeado, así que fuimos a perdernos por los alrededores. Primero nos dirigimos hacia un castillo cercano, el Castillo de Milmanda, ahora propiedad de los Torres, con unos grandes viñedos a su alrededor. Hay que decir que el domingo tuvimos mucha niebla, y por tanto no pudimos ver grandes paisajes de los que se pueden disfrutar desde el castillo. 


Después de eso, fuimos a visitar unas esculturas que se encuentran en el centro de l'Espluga de Francolí. Estas esculturas representan varios oficios forjados en hierro. La verdad es que todos ellos llaman mucho la atención y es algo muy curioso, en donde, obviamente aprovechamos para hacernos un montón de fotografías.



Antes de dirigirnos, de nuevo, al Monasterio de Poblet para poder verlo de día, pasamos por un pequeño camino que nos llevó al Mirador de la Pena. Normalmente estas excursiones las hacemos con el 4x4 y con ese no hay problema, pero esta vez íbamos con el otro coche e ir por este camino fue algo dificultoso. Además, el último tramo tuvimos que hacerlo a pie (Carla, prefirió quedarse en el coche porque no se veía capaz de hacerlo en muletas y era imposible llevarla con la silla de ruedas por ahí) y la verdad es que cuando llegamos arriba, por culpa de la niebla casi no se podía ver nada. Es una lástima porque la vista, según los plafones informativos, tenía que ser preciosa.


Ya bajando hacia el Monasterio de Poblet, encontramos muchísima más gente que el día anterior. Pero supongo que es porque era festivo y encima domingo. Pese a la gente, estuvimos paseando por sus calles, por los distintos rincones a los que se puede acceder (llevando a Carla en la silla de ruedas esta vez).



Después de comer, teníamos una visita programada a la Fassina de Balanyà, una antigua destilería de aguardiente. Nos enseñaron de donde nació la idea de crear el aguardiente, cómo ésta enriqueció a mucha gente de la zona y de donde proviene. Además, nos enseñaron la maquinaria que se usaba en esa época para crearlo y cómo reciclaban todo para sacarle el mayor provecho. Y para terminar la visita, nos hicieron una prueba de como se destila el alcohol y al finalizar un tasteo de diferentes licores que tienen desde Ratafia hasta licores de canela, melocotón, limón, hierbas aromáticas, camomila... La verdad es que tienen muchos sabores distintos y todos los que probé están muy ricos, aunque en casa el que más triunfó fue la ratafia que compramos una botellita. 





Después de la visita y aunque era de noche ya (pese a ser las 6 de la tarde) nos acercamos hasta Montblanc. Era uno de los rincones que teníamos curiosidad por ver y la verdad es que todo el recinto rodeado de muralla es increíble. Paseando por sus calles, puedes ver claramente como estaba todo hecho en esa época: las casas, las calles, el por qué de las murallas y la función de cada torre. Aunque quizás mucha parte de la muralla ahora son paredes de algunos edificios, la verdad es que todo el centro está muy bien conservado. 


Lunes 7
El lunes por la mañana hicimos la visita a las Cuevas de l'Espluga de Francolí. Dicen que son una de las cuevas más largas que se conocen y de las que más historia guardan ya que desde el paleolítico son muchos los que han usado estas cuevas y han dejado ahí sus restos para que ahora podamos estudiarles. De las cuevas solo pudimos ver unos 500 metros, según nos dijo la guía, pero por el momento hay hasta 3 kilómetros descubiertos. Además del tramo que hicimos nosotros a pie, hay otro que se puede recorrer con un traje de neopreno ya que todo el rato vas andando por agua muy fría, en ocasiones cubriéndote el cuerpo entero y otras teniendo el agua por los tobillos. Creo que para un futuro, me apunto a hacer parte de la ruta de la cueva con ese neopreno, aunque me da algo de cosa agobiarme ahí dentro por la estrechez, estar rodeado de agua y sin casi luz, pero tiene que ser una experiencia increíble. 



Después de las cuevas y para no perder la mañana nos perdimos con el coche por varios rincones. Antes de salir del pueblo nos acercamos a unas fuentes que hay en la entrada de l'Espluga de Francolí. Hay 17 fuentes, una para cada una de las letras del pueblo. También nos acercamos a Vimbodí, luego fuimos a visitar la Ermita de la Mare de Déu dels Torrents i para terminar la mañana nos acercamos al centro de l'Espluga de Francolí para ver la iglesia nueva y vieja. 



Una vez terminamos de comer, quisimos aprovechar la tarde y las horas de sol acercándonos a Tarragona (a unos 40 kilómetros de distancia) donde vimos casi todo lo turístico que pudimos: el balcón del Mediterráneo, el anfiteatro, el circo y los restos de muralla romana, la Catedral (preciosa, por cierto), el pretori, el antiguo hospital de Santa Tecla y los muros romanos de la plaza del antiguo forum. Creo que la tarde nos dio para ver bastante y disfrutar de la visita. Sinceramente, me hubiese gustado ir a ver el acueducto de Tarragona y pasar a través de él, pero tal y como íbamos con Carla y con la experiencia de Anna lo descartamos ya que no vimos factible poder pasar a través de él. Anna en su día se asustó mucho cuando pasaba según qué tramos sin muralla y yendo con la silla de ruedas no hubiésemos podido pasar. 




Martes 8
Hoy ha sido el último día que hemos pasado en l'Espluga de Francolí y también la última visita que hemos hecho. Después de recoger todas nuestras cosas del Albergue y colocarlas dentro del coche lo mejor posible hemos ido a la visita al Miqvé Judio con una recreación virtual de un baño judio de purificación. La verdad es que no sabíamos mucho lo que íbamos a ver hoy, pero me ha sorprendido gratamente. Hemos empezado con un pequeño recorrido por la ciudad, pasando por la zona más antigua, donde la guía nos iba mostrando restos del antiguo castillo, ahora usado para muchas de las casas que se encuentran una vez lo destruyeron. También nos ha mostrado la zona donde, suponen, vivieron los judíos en esa época y hemos terminado la visita en donde suponen hubo un antiguo baño Miqvé judío donde ellos se bañaban para purificarse. En el baño nos han puesto unos hologramas contándonos en qué ocasiones los usaban y la verdad es que las representaciones y lo reales que parecían ha sido espectacular y la guía ha sido muy amable y agradable contándonos todo (además de buscar caminos por los que pudiésemos ir con la silla de ruedas y otros del grupo con los cochecitos). 


Ahora ya en casa, bastante cansada por el viaje en general, con el resfriado aún conmigo agotándome más y después de una buena ducha que hace que el cansancio te venza. Pero tengo que decir que vuelvo muy contenta del gran viaje que hemos hecho estos días y que he disfrutado un montón. Además, aunque no lo he puesto, estos días hemos aprovechado los ratos libres que teníamos antes o después de las comidas para hacer algunos parchís en familia, de los cuales, solo he ganado uno, el de esta mañana. 

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